Hace algún tiempo que me vais preguntando sobre mi perdida de peso... y si he tardado en hablar de ello es porque soy de la opinión que es un viaje muy personal y que nunca me permitiría aconsejar sobre ello y menos vender algo al respeto.
A continuación, solo quiero compartir lo que es mi vivencia en relación a la gordura. Si en alguna medida puede orientar a alguien en la búsqueda de su camino sera todo un halago.
Siempre tendí a pensar que la adicción a la comida era la más difícil de tratar porque al fin y al cabo es algo que no se puede dejar, tienes que seguir comiendo ! Pero mi reflexión era más que errónea ya que no se trata de dejar de comer , ni mi adicción esta relacionada con la comida sino con el placer que encuentro comiendo ciertos alimentos. Y ese mecanismo no se corrige con una dieta, ese mecanismo tiene que ver con nuestra mente, con nuestros sentimientos, con un comportamiento que hemos desarrollado en algún momento de nuestra vida que ni siquiera llegamos a recordar pero que está ahí, bien anclado y nos obliga una y otra vez a repetir el rito que nos procura un efímero descanso.
La comida es solo un instrumento, el elemento que está combinado con ese acto reflejo de nuestra mente que se identificó hace mucho como válvula de escape.
Por eso reitero que una dieta no puede solucionar el problema, tenemos que ser capaces de desactivar ese mecanismo y eso es una ardua tarea!
Lo primero que detecté es que mi mente no estaba conectada a mi cuerpo ni sabia escucharlo, funcionaba por libre, egoístamente necesitaba alimentarse para calmar las emociones desatendiendo las necesidades propias a la alimentación. Tenia una anemia galopante a la vez que un peso que seguía aumentando, algo que a la visa parecía poco lógico pero que en mi fuero interno yo entendía, comprendía y a la vez avergonzada no podía explicar.
Cada uno partimos de nuestras propias vivencias, cada caso es único, tiene sus particularidades. Pero el mecanismo es común a mucha gente, somos muchos en desarrollarlo, es inherente al ser humano buscar salidas al sufrimiento, al miedo. No suelen ser buenas ni equilibradas, pero es un estado de alerta al cual nuestra mente busca soluciones de urgencia. Cuando ocurre en la pequeña infancia simplemente nos parece que somos así, que siempre hemos sido así y que no podemos cambiar. Gran error ! Todo se puede cambiar pero depende del esfuerzo que estés dispuesta a realizar. Los traumas de la infancia son lo más anclados pero a la vez los más fáciles de solucionar. Si consigues dar con el origen y volver a analizar esos hechos desde tu mente de adulta, los miedos desaparecerán y toda esa ansiedad unida a ellos. Una vez rebajado el estado de ansiedad, se allana el camino.
Es un resumen en grandes lineas de mi experiencia, no pretendo entrar en el campo de la psicología aunque me fascina, ni pretendo aconsejar a nadie sobre lo que debe o no hacer. Pero si en esta lectura te has reconocido o por lo contrario te has enojado, es que algo en común tenemos.
Durante muchos años me resistí al cambio, luchando por el equilibrio que había alcanzado. Interpretando que quererme era aceptarme como era, dando ejemplo y luchando para la visibilidad de todas las tallas. Pero eso no era más que otro mecanismo de supervivencia! Un mecanismo sobrepuesto a otro....eso solo podía explotar en algún momento!
El trabajo que puse en marcha con mi terapeuta en ningún momento fue orientado a la perdida de peso pero de vez en cuando él sacaba el tema y yo lo rechazaba, siempre contestandole que no estaba ahí por eso. Y él entendió que todavía no estaba lista y simplemente me acompaño en mi camino, redirigiendome cuando me perdía, haciéndome reflexionar cuando dudaba, escuchándome cuando dolía demasiado. No estaba lista para romper con todo lo que había construido, con lo que conocía y controlaba. Pero poco a poco, al fortalecerme, el esfuerzo me pareció posible y gracias al apoyo de mi terapeuta me adentré más allá de lo aprendido. Es un riesgo que hay que estar dispuestos a correr, es un periodo difícil y doloroso pero si crees en el proceso no fallará tu determinación.
Quererse no es poner parches a las situaciones, mirarse al espejo y darse ánimos. No rechazo ese comportamiento, fue el que me dio fuerzas durante mucho tiempo, pero ahora entiendo que no es el correcto ni funciona eternamente ya que desgasta muchísimo. Hay otras formas de vivir y hoy elijo la de la paz interior. Paz...una palabra tan pequeña para algo tan grande ! La paz te da nuevos ojos, nuevos oídos, nuevos sentimientos y en mi caso como efecto colateral nuevo cuerpo!
Un día mi terapeuta me dijo que cuando la mochila que estaba llevando a cuestas no fuera tan pesada, no necesitaría este cuerpo tan robusto para cargarla... Y no me reí por respeto en aquel momento...pero cuanta razón tenia!
No sabemos que estamos ciegos hasta que no conocemos la luz! Simplemente hay que estar atentos porque la luz no te ciega de un día para otro, aparece como un puntito minúsculo y solo depende de ti decidir alimentarla o no. La luz es perversa, primero te roba tus energías para crecer pero cuando brilla entonces te las devuelves todas y más!
Como siempre, todo está en ti!
BELIEVE IN YOURSELF
BE YOU
Guauuuuuuuuuuu.....no puedo estar más de acuerdo contigo. Que grande y valiente eres!!!
ResponderEliminarGracias Cecilia! La vida es una lucha constante! Muassssss
EliminarEve
¡Me encanta Evelyne!, mi más sincera enhorabuena....me hace muy feliz leerte. ¡Ánimo!
ResponderEliminarUn besazo
Gracias Maria ! Muchos besitos para ti y la family!
EliminarEve
Ese es un buen camino a seguir. Entenderse, comprenderse, escucharse... esto es lo que hace que estemos armonizados y por tanto tranquilos y en paz.
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te encuentres tan equilibrada Eve!!!
Mil besos.
Cómo te entiendo...
ResponderEliminarMuasssss
EliminarEve
mmmmmmmm, cuanta razón..... Un besito...
ResponderEliminarMuasssss
EliminarEve